¿Existen cambios en la audición con la edad?

Por Lilliana Maroto

Audióloga No: T-2630

Así es, la presbiacusia es la pérdida gradual de audición que se presenta con la edad, se ha mencionado ya que hasta el 40% de las personas de 65 años ó más sufren de algún daño auditivo. En general es provocada por cambios degenerativos en el oído interno ó el nervio auditivo y tiende a ocurrir en ambos oídos. Estos cambios se pueden favorecer por la exposición a ruido, factores hereditarios, uso de medicamentos ototóxicos ó enfermedades como hipertensión, diabetes mellitus, cardiopatías, etc. Principalmente se manifiesta como pérdida auditiva, inicialmente con los sonidos de intensidad alta ó aguda (como las voces femeninas ó infantiles, timbres) y posteriormente los sonidos graves ó bajos (voces masculinas), esto ocasiona que se perciban con menor claridad y menor volumen, lo que dificulta la comprensión del habla, sobre todo de algunas consonantes como la “s”, la “ch”, la “p” ó la “d”, es frecuente que confundan palabras por otras y es común la expresión por parte del paciente de que “escuchan pero no entienden lo que les dicen”, ó referir como “murmullos” el habla de los demás. También puede ocurrir zumbido (tinnitus) en uno ó ambos oídos.

Consideramos la presbiacusia como la disminución de la capacidad auditiva ligada al envejecimiento. Este deterioro progresivo se asocia, a menudo, a un déficit de los diferentes sistemas de integración cerebral, lo que provocará un déficit “psicosensorial” global. No debe considerarse una enfermedad senil, sino la expresión de la situación normal o fisiológica del aparato auditivo en la edad avanzada, que suele comenzar alrededor de los 60 años.

Las implicaciones que la deficiencia auditiva ocasiona van a modificar la vida en familia y en sociedad de estos adultos, que tendrán que hacer frente a una serie de problemas psicológicos que son consecuencia de su edad:

El adulto mayor sólo oye lo que puede oír y tiende a participar cuando la conversación es lenta o cuando el tema le es muy conocido. Las repeticiones se hacen necesarias en la conversación, y también el aumento de volumen, intensidad y tono de instrumentos y sonidos. Todo ello conducirá progresivamente a un deterioro en la comunicación, provocando aislamiento social y una mayor tendencia a la depresión.

Los trastornos auditivos pueden mejorarse a través de un diagnóstico profesional y un tratamiento correcto, ayudando al adulto mayor y a sus familiares en la comprensión del problema y poniendo todos los medios a nuestro alcance para que la calidad de vida de estos pacientes mejore.cambiosdesalud1

Se da mucha importancia al hecho de seleccionar un audífono apropiado pero no se suele incidir en el efecto psicosocial de la pérdida auditiva, y como sus consecuencias pueden estar implicadas a lo largo del esfuerzo de la rehabilitación.

La rehabilitación será más provechosa si además del audífono se le beneficia al adulto mayor con un acompañamiento auditivo por medio de un profesional que le ayude a superar lo que implica la sordera y comprender las preocupaciones psicosociales que entrañan una pérdida auditiva. Estos problemas psicosociales son prioritarios ya que producen en el paciente vergüenza de una audición defectuosa, pérdida de confianza en sí mismo, nerviosismo, ansiedad y soledad.

Consideraciones familiares con un paciente con sordera

El audíologo debe informar a los familiares de las consideraciones que deberán tener en cuenta con el paciente afectado de sordera. Estas consideraciones son las siguientes:

-Muchos sordos no le comprenderán más que leyendo sus labios.

  • No le hable nunca sin que le pueda mirar. Es necesario que llame su atención con una seña antes de hablar.
  • Colóquese de modo que su cara esté a plena luz.
  • No mantenga un cigarrillo, una pipa, etc, en sus labios, ni ponga una mano delante de la boca.
  • Sitúese a su altura.
  • Vocalice bien, pero sin exageración y sin gritar.
  • Háblele despacio.

-Un sordo que lleve prótesis no es como un oyente:

  • El aparto no hace milagros. La comprensión del lenguaje exige una larga y difícil reeducación.
  • El aparato ayuda (reforzándole notablemente en las referencias). La lectura labial resulta a menudo un complemento necesario para el sordo profundo.
  • Sitúe brevemente el objeto de la conversación para captar a su interlocutor.
  • Un sordo sigue difícilmente una conversación de grupo sin intérprete.

-Con frecuencia, al sordo le falta vocabulario, no conoce todos los giros de las frases y no reconoce todas las palabras:

  • Construya frases cortas, correctas y simples..
  • Si no le comprende, repítaselo. Si es necesario, busque otra palabra que tenga lo más aproximadamente posible el mismo sentido o dele otra forma a la frase.
  • Si es necesario, ayude la comunicación con un gesto o una palabra escrita.

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